La compañía de efectos visuales, ahora propiedad de Disney, se plantea abrir unas nuevas oficinas en Londres de cara a abordar el masivo trabajo para las nuevas entregas de la saga galáctica, y de paso ahorrarse una gran suma de dinero en impuestos. De hacerse realidad, sería una gran noticia ya que consolidaría aún más a la capital británica como uno de los pilares de la creación de vfx a nivel mundial, junto a lugares como California y otras ciudades fuera de los Estados Unidos, como Vancouver en Canadá o Wellington en Nueva Zelanda.